Por Cesáreo Silvestre Peguero.
¿Es difícil descifrar lo que podemos costar? -El precio de un ser humano debía ser invaluable ya que su costo es considerado de gran valor para Dios, tanto así que el divino Maestro nos creó a su imagen y semejanza. En razón de esto me permito decir que todos valemos igual para el creador. Sin embargo, para muchos se vale por lo que se posea, esto queda comprobado en una expresión: el que nada tiene, nada vale.

Esa actitud ha conllevado a echar a un lado el valor intrínseco del ser humano; en estos tiempos muy poco se toman en cuenta los valores morales; prevalecen los materiales.
Lo esencial es invisible ante la vista humana.
El valor de las personas no debe depender de lo que se tenga, sino de lo que en esencia valemos como humanos. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.

Hermanos míos, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre.
Pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecados, y quedáis convictos por la ley como transgresores.
Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. (Santiago Capitulo 2 verso del 1 al 6. 9 y 10).
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